lunes, 31 de marzo de 2008

IMPACTOS PSICOSOCIALES DE LA PARTICIPACION DE NIÑOS Y JOVENES EN EL CONFLICTO ARMADO

POR SANDRA RUIZ CEBALLOS
Sandra Ruiz Ceballos, directora de “Fundación Dos Mundos”, ha escrito varios textos sobre el tema del desplazamiento, la desmovilización y el conflicto armado en Colombia. En el articulo “Impactos psicosociales de la participación de niños y jóvenes en el conflicto armado”, Ruíz expone como la guerra para los niños y jóvenes de las poblaciones rurales del país es mas que un fenómeno social que afecta sus poblaciones, pues termina por invadir cada aspecto de su vida personal y familiar. A su vez, nos enseña cuales son las consecuencias que deja la vinculación a estos grupos armados para estos niños y como se debe proceder para producir una desmovilización exitosa. Su intención con esto es mostrar a cada niño y joven afectado por la guerra como una víctima, así haya estado vinculado a un grupo o no, y demostrar que el conflicto armado esta causando graves trastornos psicológicos y afectivos en la infancia del país.

La guerra en el campo termina por volverse una parte significativa de la vida para los jóvenes y niños que la ven desde temprana edad, llegando a invadir incluso sus actividades cotidianas o relaciones familiares. En las poblaciones rurales con alta presencia de grupos guerrilleros y para militares, la influencia que estos tienen en la vida cotidiana de los habitantes de dichos poblados es significativa. Los combatientes, que se imponen como máximas figuras de autoridad ante las familias de campesinos, se pasean frecuentemente haciendo exigencias y causando pánico entre los habitantes. Esto produce que la vida de todas las personas dentro de la comunidad se vea relacionada en alguna forma u otra con el temor y la guerra, incluso en las actividades diarias de rutina. Dentro de las familias, por ejemplo, las relaciones empiezan a ser acompañadas por el temor y el sigilo, las conversaciones terminan por ser fuertemente reguladas por los padres, pues cualquier palabra pronunciada en un hogar que valla en contra de los grupos armados puede significar la muerte de todos los miembros. Esto termina por hacer que la visión de la guerra llegue a los ojos de los niños y jóvenes, los cuales la incorporaran en sus juegos, sus experiencias y sus deseos. Una vez que esto sucede, se genera el los jóvenes fuertes impactos psico-sociales, pues aunque la inmersión de la guerra fue sutil en sus mentes, estos están siendo obligados a experimentar la guerra, incluso cuando se hable de vinculación o participación voluntaria. El solo hecho de que este panorama bélico haya irrumpido en sus vidas sin darles opción alguna hace que los jóvenes se vean obligados en muchas ocasiones a optar por vincularse al camino de las armas.

En esta etapa tan temprana de la vida, la vinculación a los grupos guerrilleros puede llegar a crear conceptos y enseñanzas tan arraigados a la violencia que les impiden ver otras alternativas de vida. Para cuando un joven se ha vinculado a un grupo armado, como vimos antes, ya ha experimentado las consecuencias de la guerra en su vida personal y familiar. Sin embargo, esto no es lo único que el joven había aprendido de su ambiente. En las imponentes figuras de los hombres armados que transformaron su vida y destruyeron su tranquilidad, por contradictorio que parezca, los jóvenes pueden llegar a ver un ídolo o modelo a seguir, pues en ellos ven poder absoluto, respeto y un asombroso control sobre los demás. Esta forma de concebir la guerra se acentúa cuando el joven o niño a decidido vincularse a algún grupo subversivo, y llega a aferrarse tanto a sus metas personales que hace que no vean otra forma de vida. De igual manera, conceptos que parecerían ajenos a la guerra también terminan por ser aprendidos en los grupos guerrilleros desde una perspectiva bélica. Por ejemplo, la perspectiva del sexo y la forma en que debe ser el trato a las mujeres en estos jóvenes tiende a ser la machista y violenta. La guerra les ha enseñado también que las relaciones de pareja son prohibidas y que la lealtad y la amistad deben estar ligadas por la camaradería y la causa de la guerra y no por sentimientos o lazos afectivos. Esta facilidad de aprendizaje y falta de resistencia a estos conceptos y enseñanzas se debe a que los jóvenes no tienen experiencias con las que contrastar, por lo cual su única guía en cualquier aspecto de su vida es el mismo grupo guerrillero, y su única percepción de la vida es la de la guerra.

Esta única perspectiva bélica hace que la desmovilización para estos jóvenes, sea voluntaria o forzada, represente para ellos una total ruptura con su mundo entero y los deja totalmente des ubicados y vulnerables. Cuando un joven desea desertar de un grupo ilegal armado y del mundo de la violencia en general, no esta renunciando solamente a una ocupación, esta abandonando todo su universo. Como el joven se formo en la guerra, como se vio antes, esta constituye casi la totalidad de sus pensamientos, sus experiencias y su vida entera, por lo que renunciar a ella implica iniciar una nueva vida sin ninguna herramienta o idea de lo que se debe hacer. Esta incertidumbre es superior aun cuando el menor es forzado a la deserción, pues en este caso ni siquiera es consiente de lo que le espera, de lo que el cambio significara. En todo caso, abandonar el conflicto armado representa para ellos la necesidad de volver a aprenderlo todo, desde nuevas habilidades hasta el manejo de su autonomía. Es por esto que la reinserción de estas personas necesita, además de un apoyo económico y social, de un fuerte apoyo psico-social en campos como la resignificación de las emociones, la enseñanza a manejar su autonomía y a no esperar ordenes de un grupo, la construcción de una identidad y pertenencia ajena a la guerra, el desarrollo de una ética que lleve a la convivencia, el aprendizaje del auto reconocimiento, la responsabilidad por los actos cometidos y la construcción de nuevas expectativas de vida. Solo así podrán iniciar la formación integral que todo individuo necesita para reconstruir su vida en una comunidad.

La autora cumplió su objetivo de mostrar a los jóvenes involucrados en la guerra como víctimas de esta. Detallando en los procesos emocionales, psicológicos y de aprendizaje por los cuales los niños y jóvenes pasan desde que empieza su exposición a la violencia hasta que se desvinculan de esta, muestra que realmente no tuvieron otra opción que la de participar de una u otra forma en la guerra, pues era el único camino que conocían y no tenían experiencias o una formación que les permitiera contrastar lo que aprendieron en el grupo guerrillero. Además, expone las diferentes dimensiones en las que hay que la guerra ha afectado su mente y personalidad y señala como con un tratamiento psicológico y una formación ideal pueden volverse personas de bien capaces de integrarse a la sociedad.
Capitulo 15 paginas

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